Envío a todo México

15 DIARIO, no.1718 

Miércoles 26 de Noviembre de 2014

Monterrey, ciudad de nadie

Eligio Coronado

 

Monterrey.- Algunas veces el personaje de una obra literaria no es una persona, un animal (como en las fábulas) o un objeto, sino una comunidad, como ocurre en la novela Los recuerdos del porvenir (1963) de la mexicana Elena Garro.

Ahora, Gabriela Riveros Elizondo (Monterrey, 1973)retoma este procedimiento en su cuento “Ciudad de nadie”, en el que la Sultana del Norte le platica algunos rasgos de su historia a una joven de 21 años que ha caído accidentalmente en una zanja inundada por la incesante lluvia: “El agua invade la ciudad, la contempla, la abarca, la estruja. Se interna para lavar su conciencia. Empapa todos los barrios. Se esparce sobre el pavimento, se estanca en charcos donde la luna asoma su rostro cacarizo” (p. 68).

Incapaz de hacer algo por la víctima, la ciudad se limita a ser testigo de la desgracia ajena mientras las figuras históricas transitan por los vericuetos de su conversación, comenzando por los fundadores: Alberto del Canto, Luis Carvajal y de la Cueva y Diego de Montemayor; los familiares de éstos: Juana Porcallo (esposa de De Montemayor y amante de Del Canto), Luis Carvajal el Mozo (sobrino del segundo fundador), las heroínas: María Josefa Zozaya y María de Jesús Dosamantes, y otros personajes menores.

También aparecen los lugares tradicionales: la Ciudadela, la Purísima, el Obispado, el barrio de la Tenería, los Ojos de Agua de Santa Lucía, el río Santa Catarina y la plaza Zaragoza.

Mientras tanto, la joven se debate entre alucinaciones: “Sáqueme, no me regañe. Ni crea usté que es tan fácil, ya ve nosotros, los ahogados el huracán Gilberto, somos un chorro… ellos fueron los que me avisaron que usté estaba aquí” (p. 70), “Distingues un rostro rayado, un par de ojos que te contemplan en medio de los tatuajes. Es un indio (…). Se asoma a ratos, te mira lastimosamente. Se sienta y le cuelgan los pies hacia donde tú estás» (p. 72-73).

¿Cuál es el objeto de este cuento? Indudablemente homenajear a la ciudad natal, acaso el primer lugar ideal que conocemos, antes de que otros lo desplacen porque “esta ciudad no te pertenece ni a ti, ni a mí, ni a ellos”, y porque “esta ciudad que creímos nuestra, es una ciudad de nadie” (p. 79).

En cuanto a la joven, su destino está escrito: “Crees que todo es un sueño, una polifonía de voces que se entrelazan en tu conciencia mientras agonizas. No es así. Es tu vuelta al origen, tu reincorporación al polvo” (p. 71), “Por último, justo antes de morir, descubrirás (…) la cara de una mujer… de esa mujer tatuada e inmensa que custodia este paraje de voces, tiempos y espacios, y que finalmente soy yo misma” (p. 79).

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Gabriela Riveros Elizondo. “Ciudad de nadie” en Ciudad mía. 2ª. Ed. Monterey, N.L.: Edit. UANL / Fondo Editorial de Nuevo León, 2014. 79 pp. (Colec. Coetáneos).